西班牙语经典:一千零一夜(13)

全国等级考试资料网 2022-09-21 19:06:24 35
I.iii Entran LAERTES y OFELIA. LAERTES Mi equipaje está embarcado. Adiós. Hermana, siempre que el viento sea próvido y zarpe algún barco, no descanses hasta haberme escrito.OFELIA ¿Lo dudas?LAERTES     Respecto a Hamlet y su vano galanteo, tenlo por capricho e impulsiva liviandad, por violeta de su joven primavera: precoz, mas transitoria; grata, mas huidiza; perfume y pasatiempo de un minuto, nada más.OFELIA     ¿Nada más?LAERTES Seguro que nada más. No crecemos solamente en tamaño y en vigor, sino que con nuestro cuerpo aumenta la eficacia de la mente y el espíritu. Tal vez te quiera ahora y no haya mancha ni doblez que empañe sus nobles intenciones. Mas desconfía: su grandeza le impide su deseo y su regia cuna le somete. Él no puede hacer su voluntad como la gente sin rango, pues de su elección depende el bienestar de todo el reino, y por eso su elección se supedita al voto y aquiescencia de ese cuerpo del cual él es cabeza. Si te dice que te quiere,[L1][L1]podrá creerlo tu prudencia en la medida en que él, por su altura y posición, pueda cumplirlo, es decir, no más allá del sentir general de Dinamarca. Así que considera tu deshonra si, crédula, escuchas su cantar, le das tu corazón o le abres tu casto tesoro a su empeño inmoderado. Cuidado, Ofelia, ten cuidado, hermana mía; mantente en retaguardia del cariño, no te expongas al peligro del deseo. La más recatada se prodiga si a la luna revela su belleza. Ni la virtud escapa a la calumnia. El gusano estraga los renuevos antes que florezcan, y en la aurora y el fresco rocío de nuestros años es cuando las plagas más corrompen. Guárdate; el temor es la mejor defensa: la sangre joven, sin tentarla, se subleva. OFELIA El sentido de tu buena lección será el guardián de mi pecho. Mas, hermano, no me enseñes, como el mal sacerdote, la espinosa pendiente del cielo mientras tú, cual fatuo libertino, sigues la senda florida del placer y no tus propios consejos. LAERTES No temas por mí. Entra POLONIO. Me estoy demorando. Aquí está nuestro padre. Doble bendición es doble fortuna: feliz ocasión para otra despedida. POLONIO ¿Aún aquí, Laertes? ¡Por Dios, a bordo, a bordo! El viento ya ha hinchado tus velas, y están esperándote. Llévate mi bendición y graba en tu memoria estos principios: no le prestes lengua al pensamiento, ni lo pongas por obra si es impropio. Sé sociable, pero no con todos. Al amigo que te pruebe su amistad sujétalo al alma con aros de acero, pero no embotes tu mano agasajando al primer conocido que te llegue. Guárdate de riñas, pero, si peleas, haz que tu adversario se guarde de ti. A todos presta oídos; tu voz, a pocos. Escucha el juicio de todos, y guárdate el tuyo. Viste cuan fino permita tu bolsa, mas no estrafalario; elegante, no chillón, pues el traje suele revelar al hombre, y los franceses de rango y calidad son de suma distinción a este respecto. Ni tomes ni des prestado, pues dando se suele perder préstamo y amigo, y tomando se vicia la buena economía. Y, sobre todo, sé fiel a ti mismo, pues de ello se sigue, como el día a la noche, que no podrás ser falso con nadie. Adiós. Mi bendición madure esto en ti. LAERTES Humildemente de vos me despido. POLONIO El tiempo te llama. Corre, los criados esperan. LAERTES Adiós, Ofelia, y recuerda bien lo que te he dicho.OFELIALo he encerrado en la memoria, y tú guardarás la llave. LAERTES Adiós. Sale. POLONIO           ¿Qué es lo que te ha dicho, Ofelia?OFELIA           Con permiso, una cosa del Príncipe HamletPOLONIOVaya, ha hecho bien. Me han dicho que últimamente te dedica mucho tiempo y que tú le dispensas tu atención con gran esplendidez. Si es así, como me han insinuado a modo de aviso, debo decirte que no pareces comprender con claridad tu lugar como hija mía ni tu honra. ¿Qué hay entre vosotros? Dime la verdad. OFELIA Señor, últimamente me ha dado muchas muestras de su afecto. POLONIO ¿Afecto? ¡Bah! Veo que estás verde e inexperta en cuestión tan peligrosa. ¿Crees en sus muestras, como tú las llamas? OFELIA Señor, no sé qué pensar. POLONIO Pues yo te enseñaré. Considérate una niña al haber dado por valiosas unas muestras que no son de ley. Muéstrate más cauta o, por no agotar el término acosándolo, harás que yo sea muestra de idiotez.OFELIASeñor, me ha galanteado de un modo decoroso. POLONIO Ya, a modo de capricho. ¡Vamos, vamos! OFELIA Y me ha corroborado sus palabras con todos los divinos juramentos. POLONIO Sí, cepos para pájaros. Sé bien que, cuando arde la sangre, el alma se prodiga en juramentos. Hija, esas llamaradas, que dan más luz que calor y se extinguen cuando parece que prometen, no las tomes por fuego. Desde ahora, hija, escatima un poco más tu virginal presencia, haz que tus encuentros exijan algo más que la orden de acudir. Respecto a Hamlet, créele en la medida en que es joven, y piensa que el ronzal con que se mueve es mucho más largo que el tuyo. En suma, Ofelia, no creas sus juramentos, pues son intermediarios de distinto color del que los viste, abogados de causas impías, que se expresan como santos y piadosos alcahuetes para seducirte mejor. No lo repetiré: hablando claro, no quiero que en adelante deshonres ni un momento de tu ocio conversando con el Príncipe Hamlet. Haz lo que te digo. Vamos, ven. OFELIA Os obedeceré, señor. Salen. 相关资料

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