西语童话阅读:Elchelíndeplata

全国等级考试资料网 2023-06-27 14:45:08 59
érase una vez un chelín. Cuando salió de la ceca, pegó un salto y gritó, con su sonido metálico ??Hurra! ?Me voy a correr mundo!?. Y, efectivamente, éste era su destino.
El ni?o lo sujetaba con mano cálida, el avaro con mano fría y húmeda; el viejo le daba mil vueltas, mientras el joven lo dejaba rodar. El chelín era de plata, con muy poco cobre, y llevaba ya todo un a?o corriendo por el mundo, es decir, por el país donde lo habían acu?ado. Pero un día salió de viaje al extranjero. Era la última moneda nacional del monedero de su due?o, el cual no sabía ni siquiera que lo tenía, hasta que se lo encontró entre los dedos.
-?Toma! ?Aún me queda un chelín de mi tierra! -exclamó- ?Hará el viaje conmigo!
Y la pieza saltó y cantó de alegría cuando la metieron de nuevo en el bolso. Y allí estuvo junto a otros compa?eros extranjeros, que iban y venían, dejándose sitio unos a otros mientras el chelín continuaba en su lugar. Era una distinción que se le hacía.
Llevaban ya varias semanas de viaje, y el chelín recorría el vasto mundo sin saber fijamente dónde estaba. Oía decir a las otras monedas que eran francesas o italianas. Una explicaba que se encontraban en tal ciudad, pero el chelín no podía formarse idea. Nada se ve del mundo cuando se permanece siempre metido en el bolso, y esto le ocurría a él. Pero un buen día se dio cuenta de que el monedero no estaba cerrado, por lo que se asomó a la abertura, para echar una mirada al exterior. Era una imprudencia, pero pudo más la curiosidad, y esto se paga. Resbaló y cayó al bolsillo del pantalón, y cuando, a la noche, fue sacado de él el monedero, nuestro chelín se quedó donde estaba y fue a parar al vestíbulo con las prendas de vestir; allí se cayó al suelo, sin que nadie lo oyera ni lo viese. A la ma?ana siguiente volvieron a entrar las prendas en la habitación; el due?o se las puso y se marchó, pero el chelín se quedó atrás. Alguien lo encontró y lo metió en su bolso, para que tuviera alguna utilidad.
?Siempre es interesante ver el mundo -pensó el chelín-, conocer a otras gentes, otras costumbres?.
?Qué moneda es ésta? -exclamó alguien-. No es del país. Debe ser falsa, no vale.
Y aquí empieza la historia del chelín, tal y como él la contó más tarde.
-?Falso! ?Que no valgo! Aquello me hirió hasta lo más profundo -dijo el chelín-. Sabía que era de buena plata, que tenía buen sonido, y el cu?o auténtico.
?Esta gente se equivoca -pensé- o tal vez no hablan de mí?. Pero sí, a mí se referían: me llamaban falso e inútil. ?Habrá que pasarlo a oscuras?, dijo el hombre que me había encontrado; y me pasaron en la oscuridad, y a la luz del día volví a oír pestes: ??Falso, no vale! Tendremos que arreglarnos para sacárnoslo de encima?.
Y el chelín temblaba entre los dedos cada vez que lo colaban disimuladamente, haciéndolo pasar por moneda del país.
-?Mísero de mí! ?De qué me sirve mi plata, mi valor, mi cu?o, si nadie los estima? Para el mundo nada vale lo que uno posee, sino sólo la opinión que los demás se han formado de ti. Debe ser terrible tener la conciencia cargada, haber de deslizarse por caminos tortuosos, cuando yo, que soy inocente, sufro tanto sólo porque tengo las apariencias en contra. Cada vez que me sacaban, sentía pavor de los ojos que iban a verme. Sabía que me rechazarían, que me tirarían sobre la mesa, como si fuese mentira y enga?o.
Una vez fui a parar a manos de una mujer vieja y pobre, en pago de su duro trabajo del día; y ella no encontraba medio de sacudírseme; nadie quería aceptarme, era una verdadera desgracia para la pobre.
-No tengo más remedio que colarlo a alguien -decía-; no puedo permitirme el lujo de guardar un chelín falso. El rico panadero se lo tragará; no le hace tanta falta como a mí; pero, sea como fuere, es una mala acción de mi parte. 相关资料

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