DRAMATIS PERSONAE El ESPECTRO HAMLET, Príncipe de Dinamarca El REY Claudio, hermano del difunto Rey Hamlet La PEINA Gertrudis, viuda del difunto Rey Hamlet y esposa del Rey Claudio POLONIO, dignatario de la corte danesa OFELIA, hija de Polonio LAERTES, hijo de Polonio REINALDO, criado de Polonio HORACIO amigos de Hamlet ROSENCRANTZ amigos de Hamlet GUILDENSTERN amigos de Hamlet VOLTEMAND cortesanos CORNELIO cortesanos OSRIC cortesanos FRANCISCO soldados BERNARDO soldados MARCELO soldados FORTINBR?S, Príncipe de Noruega Un CAPIT?N del ejército noruego El ENTERRADOR SU COMPA?ERO Un SACERDOTE ACTORES MARINEROS SECUACES de Laertes EMBAJADORES de Inglaterra Cortesanos, mensajeros, criados, guardias, soldados, acompa??amiento. LA TRAGEDIA DE HAMLET, PR?NCIPE DE DINAMARCA I.i Entran BERNARDO y FRANCISCO, dos centinelas. BERNARDO ?Quién va? FRANCISCO ?Contestad vos! ?Alto, daos a conocer! BERNARDO ?Viva el rey! FRANCISCO ?Bernardo? BERNARDO El mismo. FRANCISCO Llegas con gran puntualidad. BERNARDO Ya han dado las doce: acuéstate, Francisco. FRANCISCO Gracias por el relevo. Hace un frío ingrato, y estoy abatido[L1]. BERNARDO ?Todo en calma? FRANCISCO No se ha oído un ratón. BERNARDO Muy bien, buenas noches. Si ves a Horacio y a Marcelo, mis compa?eros de guardia, dales prisa. Entran HORACIO y MARCELO. FRANCISCO Creo que los oigo. ?Alto! ?Quién va? HORACIO Amigos de esta tierra. MARCELO Y vasallos del rey danés. FRANCISCO Adiós, buenas noches. MARCELO Adiós, buen soldado. ?Quién te releva? FRANCISCO Bernardo. Quedad con Dios. Sale. MARCELO ?Eh, Bernardo! BERNARDO ?Eh! Oye, ?está ahí Horacio? HORACIO Parte de él. BERNARDO Bienvenido, Horacio. Bienvenido, Marcelo. MARCELO ?Se ha vuelto a aparecer eso esta noche? BERNARDO Yo no he visto nada. MARCELO Dice Horacio que es una fantasía, y se resiste a creer en la espantosa figura que hemos visto ya dos veces. Por eso le he rogado que vigile con nosotros el paso de la noche, para que, si vuelve ese aparecido, confirme que lo vimos y le hable. HORACIO ?Bah! No vendrá. BERNARDO Siéntate un rato y deja que asediemos tus oídos, tan escudados contra nuestra historia, diciéndote lo que hemos visto estas dos noches HORACIO Muy bien, sentémonos y oigamos lo que cuenta Bernardo. BERNARDO Anoche mismo, cuando esa estrella que hay al oeste de la polar se movía iluminando la parte del cielo en que ahora brilla, Marcelo y yo, con el reloj dando la una... Entra el ESPECTRO. MARCELO ?Chsss! No sigas: mira, ahí viene. BERNARDO La misma figura; igual que el rey muerto. MARCELO Tú tienes estudios: háblale, Horacio. BERNARDO ?No se parece al rey? Fíjate, Horacio. HORACIO Muchísimo. Me sobrecoge y angustia. BERNARDO Quiere que le hablen. MARCELO Pregúntale, Horacio. HORACIO ?Quién eres, que usurpas esta hora de la noche y la forma intrépida y marcial del que en vida fue rey de Dinamarca? Por el cielo, te conjuro que hables. MARCELO Se ha ofendido. BERNARDO Mira, se aleja solemne. HORACIO Espera, habla, habla. Te conjuro que hables. Sale el ESPECTRO. MARCELO Se fue sin contestar. BERNARDO Bueno, Horacio. Estás temblando y palideces. ?No es esto algo más que una ilusión? ?Qué opinas? HORACIO Por Dios, que no lo habría creído sin la prueba real y terminante de mis ojos. MARCELO ?Verdad que se parece al rey? HORACIO Como tú a ti mismo. Tal era la armadura que llevaba cuando combatió al ambicioso rey noruego. Tal su ce?o cuando, tras fiera discusión, a los polacos aplastó en sus trineos sobre el hielo. Es asombroso. MARCELO Con paso tan marcial ha cruzado ya dos veces nuestro puesto a esta hora cerrada de la noche. HORACIO No puedo interpretarlo exactamente, pero, en lo que se me alcanza, creo que esto presagia conmoción en nuestro estado. MARCELO Bueno, sentaos, y dígame quien lo sepa por qué se exige cada noche al ciudadano tan estricta y rigurosa vigilancia; por qué tanto fundir ca?ones día tras día y comprar armamento al extranjero; por qué se reclutan calafates, cuyo esfuerzo no distingue el domingo en la semana. ?Qué ejército amenaza para que prisa y sudor hagan compa?eros de trabajo al día y a la noche? ?Quién puede informarme? HORACIO Yo puedo. Al menos, el rumor que corre es este: nuestro difunto rey, cuya imagen se nos ha aparecido ahora, sabéis que fue retado por Fortinbrás de Noruega, que se crecía en su afán de emulación. Nuestro valiente Hamlet[L2], pues tal era su fama en el mundo conocido, mató a Fortinbrás, quien, según pacto sellado, con refrendo de las leyes de la caballería, con su vida entregó a su vencedor todas las tierras de que era propietario: nuestro rey había puesto en juego una parte equivalente, que habría recaído en Fortinbrás, de haber triunfado éste; de igual modo que la suya, según lo previsto y pactado en el acuerdo, pasó a Hamlet. Pues bien, Fortinbrás el joven, rebosante de ímpetu y ardor, por los confines de Noruega ha reclutado una partida de aventureros sin tierras, carne de ca?ón para un empe?o de coraje, que no es más, como han visto muy bien en el gobierno, que arrebatarnos por la fuerza y el peso de las armas esas tierras perdidas por su padre. Creo que esta es la causa principal de los aprestos, la razón de nuestra guardia, la fuente del tráfago y actividad en nuestro reino. Vuelve a entrar el ESPECTRO. Pero, ?alto, mirad! ?Ahí vuelve! Le saldré al paso, aunque me fulmine. ?Detente, ilusión! El ESPECTRO abre los brazos[L3]. Si hay en ti voz o sonido, háblame. Si hay que hacer alguna buena obra que te depare alivio y a mí, gracia, háblame. Si sabes de peligros que amenacen a tu patria y puedan evitarse, háblame. O, si escondes en el vientre de la tierra tesoros en vida mal ganados, lo cual, según se cree, os hace a los espíritus vagar en vuestra muerte, háblame. ?Detente y habla! Canta el gallo. ?Detenlo tú, Marcelo! MARCELO ?Le doy con mi alabarda? HORACIO Si no se para, dale. BERNARDO ?Está aquí! HORACIO ?Aquí! Sale el ESPECRRO. MARCELO Se ha ido. Hicimos mal en usar la violencia con un ser de tanta majestad, pues es invulnerable como el aire y pretender agredirle es una burla. BERNARDO Iba a hablar cuando cantó el gallo. HORACIO Y se sobresaltó como un culpable citado por el juez. He oído decir que el gallo, clarín de la ma?ana, despierta con su voz altiva y penetrante al dios del día y que, alertados, en tierra o aire, mar o fuego, los espíritus errantes en seguida se recluyen: de que es verdad ha dado prueba este aparecido. MARCELO Se esfumó al cantar el gallo. Dicen que en los días anteriores al del nacimiento de nuestro Salvador el ave de la aurora canta toda la noche; entonces, dicen, no vagan los espíritus, las noches son puras, los astros no da?an, las hadas no embrujan, las brujas no hechizan: tan santo y tan bendito es este tiempo. HORACIO Eso he oído, y lo creo en parte. Mas mirad: con manto cobrizo, el alba camina sobre el rocío de esa cumbre del oriente. Dejemos la guardia y, si os parece, vamos a contar al joven Hamlet lo que hemos visto esta noche, pues, por mi vida, que el espectro, mudo con nosotros, le hablará. ?Estáis de acuerdo en que debemos informarle, como exigen la amistad y nuestro deber? MARCELO Sí, vamos, que sé dónde podemos hallarle fácilmente esta ma?ana. Salen. -------------------------------------------------------------------------------- [L1]Según Dover Wilson, la figura solitaria y abatida de Francisco prefigura a Hamlet. [L2]Difunto rey de Dinamarca y padre del Príncipe Hamlet. [L3]Se han dado diversas explicaciones sobre este ademán. Lo más probable es que sea un aviso del espectro para que Horacio no se acerque.
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