西班牙语经典:一千零一夜(26)
CUENTO DEL TERCER JEIQUE “?Oh sultán, jefe de los efrits! Esta mula que ves aquí era mi es?posa. Una vez salí de viaje y estuve ausente todo un a?o. Terminados mis negocios, volví de noche, y al entrar en el cuarto de mi mujer, la encontré con un esclavo negro, esta?ban conversando, y se besaban, ha?ciéndose zalamerías. Al verme, ella se levantó, súbitamente y se aba?lanzó a mí con una vasija de agua en la mano; murmuró algunas pala?bras luego, y me dijo arrojándome el agua: “?Sal de tu propia forma y reviste la de un perro!” Inmediata?mente me convertí en perro, y mi esposa me echó de casa. Anduve va?gando, hasta llegar a una carnicería, donde me puse a roer huesos. Al ver?me el carnicero, me cogió y me llevó con él. Apenas penetramos en el cuarto de su hija, ésta se cubrió con el velo y recriminó a su padre: “?Te parece bien lo que has hecho? Traes a un hombre y lo entras en mi habita?ción.” Y repuso el padre: “?Pero dónde está ese hombre?” Ella contes?tó: “Ese perro es un hombre, Lo ha encantado una mujer; pero yo soy capaz de desencantarlo.” Y su padre le dijo: “?Por Alah sobre ti! De?vuélvele su forma, hija mía.” Ella cogió una vasija con agua, y después de murmurar un conjuro, me echó unas gotas y dijo: “.?Sal de esa forma y recobra la primitiva!” , Entonces volví a mi forma humana, besé la mano de la joven, y le dije: “Quisie?ra que encantases a mi mujer como ella me encantó.” Me dio entonces un frasco con agua, y me dijo: “Si encuentras dormida a tu mujer, ro?cíala con esta agua y se convertirá en lo que quieras.” Efectivamente, la encontré dormida, le eché el agua, y dije: “?Sal de esa forma y toma la de una mula!” Y al instante se trans?formó en una mula, es la misma que aquí ves, sultán de reyes de los efrits.” El efrit se volvió entonces hacia la mula, y le dijo: “?Es verdad todo eso?” Y la mula movió la cabeza como afirmando: “Sí, sí; todo es verdad.” Esta historia consiguió satisfacer al efrit, que, lleno de emoción y de placer, hizo gracia al anciano del último tercio de la sangre. En aquel momento Schahrazada vio aparecer la ma?ana, y discreta?mente dejó de hablar, sin aprove?charse más del permiso. Entonces su hermana Doniazada dijo: “?Ah, her?mana mía! ?Cuán dulces, cuán ama?bles y cuán deliciosas son en su fres?cura tus palabras!” Y Schahrazada contestó: “Nada es eso comparado con lo que te contaré la noche pró?xima, si vivo aún y el rey quiere con?servarme.” Y el rey se dijo: “?Por Alah! no la mataré hasta que le haya oído la continuación de su relato, que es asombroso.” Entonces el rey marchó a la sala de justicia. Entraron el visir y los oficiales y se llenó el diván de gente. Y el rey juzgó, nombró, destituyó, despachó sus asuntos y dio órdenes hasta el fin del día. Luego se levan?tó el diván y el rey volvió a palacio 相关资料 |